La mirada natural sobre el comportamiento del matador lo califica como un monstruo "deshumanizado", sin valores, compasión, amor, rastro alguno de piedad o códigos, pero es una mirada alejada de la propia de algunos sectores insertos en la sociedad, personas que podemos ver día a día, en la calle, cualquier lugar de diversión, en una cancha o en un shopping y nunca pensar que maneje códigos diferentes a los nuestros.
La mafia desde siempre recargo culpas sobre el entorno de sus miembros interpretando que ellos también se vieron beneficiados por las actividades de quién pertenece, justamente esta es un arma de control sobre sus huestes. Y esto de hecho involucra hijos o nietos sin importar la edad. Por eso quién se involucra en cualquiera de estas mafias implicitamente sabe o debería saber hasta que punto también lo hace su familia o entorno.
Se que deberíamos creer que los niños están exentos, pero en sociedades de marcada tradición o fundamentalistas, la progenie es una extensión de la persona y esta es la única responsable de su bienestar o su desgracia. En la mafia al igual que otras sociedades el dinero es objetivo primordial pero también lo es el honor y la lealtad.
En estos tiempos de pérdida de valores muchos se insertan desconociéndolos y pagan con creces ese desconocimiento, aún con la vida de un hijo. Lo que desde esta mirada convierte a ese matador en un soldado leal, que mató sin miramientos ante una orden y que en cierta forma y desde su perspectiva lo hizo en defensa de los suyos y como justa pena o reprimenda ante el desliz de un igual.
Por supuesto, condeno cualquier tipo de violencia sea por la causa que sea, y este comentario es solo una óptica diferente.
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