Voy a las 21, recién son las 19 y ya palpito tocar su timbre. Tiempo de sobra para planchar una pilcha y ducharme. No debo olvidar afeitarme... Creo que mi barba le irrita la piel, pero ella minimiza el daño.
Como siempre el baño está ocupado, mientras, busco una camisa blanca... (¿Porqué será el color de camisas que prefiero?). Busco unos jeans. ¿Y si la sorprendo y voy con saco? Ella quizás añore una cena con velas, y realmente yo muero al mirarle en penumbras, pero bueno, hoy es cena en su casa y preparada por ella. ¡Al fin! Liberaron el baño. A ver... calefón, prestobarba, toalla. ¡Adentro!
Pero... ¿Es que ni en la ducha puedo cerrar los ojos y dejar de pensar su mirada?
Hacé memoria boludo de cuanto tiempo pasó sin que te pase algo así. ¿Alguna vez me pasó?
...Y justo con ella que me lee como nadie.
Es tragicómica la cosa, hasta me hace pensar en el tema del destino, a mis años y ser yo quién se extasía cuando siempre fue lo inverso... Y lo peor es que no me importe...
Civilidad, macho... autocontrol, que solo son escarceos, no está en el horno, y quizás no lo esté nunca.
Que dificil es definirme respecto a ella.
¿Amante? El término desde ya es impropio porque no siente amor de ese con mayúsculas, y me creo lejos de provocar eso.
¿Amigo íntimo? Esto está más cerca desde su punto de vista al menos. Para mí, es algo así como un valor agregado.
¿Compañero? Cheee... ni que fuesemos peronistas.
¿Amigovio? Que palabra pelotuda... Me resisto a ser eso.
¿Transa? No, no tendría sentido. Eso lo dejó claro en las charlas.
Pero, bueno... Ya veremos. Aunque no niego que un poco de intriga tengo por saber que provoco y a la vez certeza sobre lo que no.
Upaaa... ya son las 20.30, apurate huevón, que te sabe puntual.
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