se diluyeron las letras en un instante.
Me desterré al recuerdo aferrándome.
Traté de mil modos no olvidar frases, pequeños pasajes.
Y luego la verdad...
llegó tan sola, tan nítida, tan clara.
¿De qué sirven los papeles...
si eso se escribe en el alma?
Y volvieron los olores
redescubrí olvidados sabores.
Escribí de nuevo, sin freno.
Sentí, olí, amé, olvidé,
viví, recordé, abandoné,
toqué y respiré pasado.
Y ahora, en este instante
con la vida entera dentro...
miro sólo hacia adelante...
Al final solo eran unos párrafos...
Y releyendo me nace la pregunta...
¿Que define a un artista? ¿Será escritor quién escribe o quizás quién es leído?
¿Cabe la autoproclama, o es necesario el reconocimiento? Y aún existiendo este, ¿Es válida la autocrítica que lo invalide?
No sé... Me revienta a veces delirarme en estas cuestiones que casi siempre terminan como "el huevo y la gallina" o peor aún, sin huevo y sin gallina...
Que si escribo para... Que si escribo por... Y en definitiva siempre termino igual, haciéndolo y cagándome en los motivos. Siempre a un paso del DELETE, a instantes del retroceso implacable que lleva al olvido. Pero estás vos... siempre vos, y me contengo.
Que sé yo... Y así termino, escribiendo sin saber si sos mi huevo o mi gallina... o quizás ninguna de ambos y solo soy el pollito.
Puta... Ya me compliqué de nuevo...

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