La vida después del pupitre...

Entre faltas sin aviso y faltas justificadas, venidas esperadas e inesperadas tuvimos nuestro 11.11.11. Reunión mística y esclarecedora en la que conocimos las interesantes vivencias de J.C.A., su estentóreo y divertido modo de narrarlas. Una multimedia alegórica seguida de un poema inédito de la mano de L.I., corolarios del inspirador día,  fueron las únicas llaves para distraer a los comensales ávidos de empanadas caseras fritas en grasa de pella, unos pecetos con salsas y unas impecables berenjenas escabechadas, todo salido de las hábiles y dispuestas manos de nuestra anfitriona Victoria... Digo, Violeta. :)

Fué muy agradable compartir con este grupo de amigos atemporales quienes una vez fuimos compañeros y hoy siento casi hermanos, quienes como bien expresó L.B., -"...a pesar de no verlos durante 42 años, es como continuar charlas de ayer"

Creo compartir con todos el extrañar las faltas y el regocijo por las venidas. En mayor o menor medida por esas jugarretas que tiene la memoria todos estuvieron anoche, presentes y ausentes, sin tristezas, recordando alegrías de esa memoria colectiva que pudimos ir creando.

Fué de esas reuniones sin epílogo, que te dejan ese regusto a más.

Puta... No sé si me estaré poniendo chocho o el retrotraerse te hace eso, pero me alegra mucho saber que están ahí nomás todos/@s, a un monitor de distancia, y ese compartir de la adolescencia perdura hoy en una amistad adulta sin convertirse en una crónica del pasado.

Les debo fotos...