2 ene 2017

Carta a los abuelos

Y llegaron otras Navidades... Año a año más urgente y a la vez más anodina fuera de atropellos comerciales o disparadas en busca del juguete de moda.
Se que muchos festejan tradicionalmente y ese festejo excede la fiesta en sí llegando a la fe de conmemorar el nacimiento de Cristo, otros, entre los que me cuento, tratamos de unirnos a esta fiesta quizás con un pensamiento más terrenal y ponemos el acento solo en el nacimiento, no importa de quién.
Celebrar la vida sería una buena forma de describir el momento, y claro, hacerlo en familia potencia la fiesta en si misma.
Si alguien vivió la risa de un hijo al abrir un esperado regalo sabe que no hay cámara capaz de capturarla mejor que la memoria misma. Y demás está decir que ver esa misma expectativa y risas en los nietos eleva exponencialmente la dicha.
Saberse hasta parte de esa misma risa.
No hay duda que el abrazo o el beso de un hijo colma, pero si esos mismos los da un nieto se convierten en bálsamo para los años, hacen plena la vida y la permanencia. Esos sonrientes ojos son perfecto espejo de un recorrer y un futuro, reconocimiento de que somos algo más que materia viva y que somos creadores.

1 comentario:

Papa yo, Papa vos... Pa ninguno e' los dos.

  Hoy leí esta noticia casi idiota y realmente me retrotrajo al Quijote... "Ladran Sancho, señal que cabalgamos". La verdadera not...