No me canso de comentar respecto de las actitudes de muchos padres en gestión, porque pareciese que diario que leo voy descubriendo nuevas posibilidades de "cagarla" como tales. Así que aquí va mi historia de hoy...
Pepito y Andrés estaban en el patio, uno tenía siete y el otro solo seis, cansados de la play y la xbox, pensaron que mejor, jugaban al doctor. Pero hete aquí que una ladina madre interrumpió la incipiente exploración cortando de esa manera la vocación en ciernes de Pepito, que agitando las piernas fué llevado presto a la comisaría con la pretensión de que encarcelen al abusador, en un acto que evidencia lo cívico de su idea de prevención del crimen o bien su innata capacidad de premonición.
Voy a obviar el relato de los posteriores sucesos a los que se vieron sometidos ambos impúberes de parte de médicos forenses, psicólogos y otras yerbas oficiales a cargo de atender reales casos de vejaciones.
¿Y todo porque? Porque este proyecto de madre más papista que el papa no tiene la más mínima idea de cual es su lugar en la educación de su hijo ni en como tratar a otros niños.
Algo que "Gracia' Dió" Le hicieron comprender aunque tardiamente los titulares de la Comisaría de la Mujer con un buen voleo en el c... previa explicación de "que se trató de un juego sexual que es propio en la edad que transitan donde entre pares empiezan a explorar su cuerpo. La gente suele buscar en la policía la solución a cuestiones que a veces tienen que resolverse desde el ámbito familiar"
Lamentablemente le falto como colofón a este acto fallido un buen "¡Andá a lavar los platos!"
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