Creo que tanto hombres como mujeres (aunque estas suelan negarlo más) se sienten halagados por un detalle, un saludo (personal, sin copio y pego) o el que alguien nos recuerde en ese día.
Cumplir años es algo inevitable para todos y el cumplirlos cada año con más ganas debería ser hasta obligatorio. Las fiestas deberían ser año a año más populosas por el simple hecho de que junto con los años vamos ganando amigos o familia. Lamentablemente para muchos es todo lo contrario y yo modestamente quiero cumplir con ese precepto de ir sumando, por eso a cada fiesta de cumpleaños que voy de quienes quiero, mi abrazo es más fraternal, la emoción es mayor y la alegría por ver amigos y familiares reunidos la siento más tangible.
Días atrás no le deseé un feliz cumpleaños a una querida amiga, le deseé felicidad para el resto de los días, esos alejados de fiestas y saludos, esos más solitarios o grises, esos que enojan o agobian, esos que uno prefiere olvidar, porque queramos o no todos los tenemos, así que esmeré mi abrazo para que dure todo el año y deje la huella necesaria para transmitirle que no solo vale para ese día, sino para todos y cada uno hasta que podamos repetirlo. Para que impregne y se haga tangible cada día. Que sepa que todos los días vamos cumpliendo años juntos y que los lazos de la amistad ciñen tanto como ese apretón que recibió.
Pucha... Tengo que aprender a ser más tranqui abrazando, a ver si ahora me mete un juicio por violencia de género. :)

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