Hoy estamos comenzando este 2013, y como si nada... Pero no! La realidad es que hoy debemos festejar que hemos sobrevivido a la 184º predicción del fin del mundo y salimos casi ilesos.
La cosa es que me salió mal eso de " a cul... que se acaba el mundo" porque nadie me dió bola.
Lo de mangar propiedades a cambio de bulas de salvación no me funcionó y sigo acá en la celda.
En definitiva, ya ni en los mayas se puede creer, y se agregaron a una larga lista de "iluminados" pedorros que a lo largo de la historia hicieron quedar para el culo a un sinnúmero de creadores y por ende se rescatan los viejos dichos:
Ver para creer.
Ver para creer y no toda vez.
Ver para creer y, para no errar, tocar.
Fíate de tu ojo antes que de tu oreja.
De lo que no veas, ni la mitad te creas.
Si no lo veo no lo creo.
Y tantos otros que aconsejan no fiarse ni de los sentidos.
Y al final, aquí estamos y me voy a remitir a otro viejo dicho "Unidos triunfaremos, desparramados que haremos..." Y en este voy a basar mis deseos para todos en este nuevo año.
Que podamos comprendernos como hermanos, como una sola especie.
Que podamos dejar atrás esta humanidad depredadora y autodestructiva.
Que descubramos que formamos parte de un todo y podamos integrarnos a un paisaje como una flor o un ave.
Que aprendamos que la felicidad es un camino y no una meta, y cada acto errado es una vía muerta que solo nos pierde.
Que todo lo que tenemos es el hoy y cada sonrisa que vemos en otro va a producir sin duda una en nosotros y a la inversa, cada lágrima que provoquemos nos será devuelta.
Desearles felicidad a todos es utópico, pero sí puedo de corazón anhelar para cada uno de Uds. un camino sin bifurcaciones y que cada día termine en una sonrisa.
¡Un 2013 pleno de amor!
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