Llegué a pedir dormir en el comedor que tenía una puerta de hojas dobles que daban al living donde estaba el árbol porque desde ahí se pispeaba cualquier movimiento y como no tenía perros o gatos que se moviesen durante la noche ya que estaban prohibidos en casa si había algo más grande que un ratón seguramente eran "ellos"
Y ese día me había propuesto que los iba a ver, ese año ya me habían cagado el pendejo del Niño Dios y el cabrón del viejo Papá Noel y habia pensado que como tenía ya 10 años y me habían dejado brindar con sidra, los guachos de mis viejos y abuelas me habían emborrachado para que me durmiese y esta vez no me iban a cagar... Ni un vaso de agua tomé ese 5 de Enero dispuesto a velar toda la noche.
Bruto cagazo solo en ese comedor inmenso donde sonaban el piso de pinotea y cada sombra vislumbrada me volaba las pulsaciones... Ahora que lo pienso, capaz de ahí me vino la insuficiencia cardíaca, culpa de estos 3 chiflados.
La cosa es que esa noche de vigilia llegué despierto más o menos hasta las 2hs, y salvo algún despertar trasnochado de madrugada con las primeras luces del 6, hasta que mi abuela materna me despertó para que viese los regalos no tuve noticias ni de un puto camello.
Esa fué mi última noche de Reyes, a partir de ahí ya nunca más la ilusión, pero como todo vuelve en la vida, estos últimos años donde ya no tenés que crear esa ilusión en nadie, te acostás y levantás solo y te dan ganas de poner un zapatito de nuevo.

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