Hace un par de días les tocó al Sur y al Oeste y si esto sigue así, también habrá Norte y Este (Bueno... Al Este algo menos porque está el río) (Chiste para distender)
Cinco cuadras al Sur de donde vivo mataron a Leandro Zini (21 años) estando con su novia en la puerta de su casa fué atacado y al intentar protegerla lo ultimaron de un puntazo en la garganta.
Y casi en simultáneo, a cinco cuadras al Oeste de mi casa, en un intento frustrado de robo, Carlos al ingresar su auto al garage, recibe varios cortes en la espalda y mata de 3 disparos a uno de sus atacantes, Ezequiel Bussanich, de 20 años, que vive a solo un par de cuadras de allí.
Y ahora... Lo de siempre, marchas por justicia, lamentos, familias destruidas.
¡Que a mi hijo le plantaron el cuchillo! (Hacete cargo, oportunista y no trates de usufructuar con esa muerte)
¡Los tobas son los culpables¡ (Déjense de joder, si los tobas no pueden ni enhebrar una aguja o correr una cuadra)
La única verdad de esto es que desaparecieron casi a la vez dos opuestos, dos caras de una misma moneda, pero con un dato en común, la inocencia. Dos "inocentes" pese a quién le pese. Uno, fruto de la crianza y educación de sus padres y sociedad y el otro, fruto de la falta de todo lo enumerado. Y eso sin contar con los terceros implicados. Un hombre convertido en asesino de la noche a la mañana, una familia que se mudó al instante por su seguridad. Padres y novia desvastados por otro lado.
Y lentamente esta Rosa de los Vientos va convergiendo y mi temor es ese momento, el big bang posible al darse cuenta todos de que el "A mí no me va a pasar" no existe.
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