En otras palabras, en nuestro país plagado de desaciertos no hay institución ni persona que pueda "tirar la primera piedra".
¿No sentís que estás podrido/@ de leer sobre chanchullos, trapisondas, canalladas y tantas otras formas de malvivir tanto de personas públicas como cualquier hijo de vecino?
¿Podremos algún día poner las barbas en remojo, hacer un "mea culpa" y dejarnos de joder?
¿Es tan jodido el vivir sin cagar a nadie, buscar alguna ventaja o sacar algún provecho a costa de otros?
Ayer alguien que recibe dinero fiscal para mejorar la vida de los desprotegidos hace uso de esos dineros para enriquecimiento propio y de su entorno mientras se rasga las vestiduras por los derechos humanos.
Hoy el más reconocido magistrado que tenemos, se hace el desentendido sobre que en sus propiedades se ejerza la prostitución.
Mañana capaz me entero que las flores que tanto cuidaba mi abuelita en el jardín eran amapolas, y la vieja era la madame del opio en Rosario.
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