3 nov 2011

¿Ya estoy cuesta abajo... De que cuesta hablás?

¿Me queda poco tiempo? Incógnita común para quienes orillamos la sexta década y por supuesto sin respuesta válida tengas los años que tengas.
Creo que fuera de nuestra animalidad y el "normal" desarrollo de la vida la cosa es algo más filosófica o subjetiva si se quiere.
Algo así como una balanza mental donde los recuerdos equilibran con los proyectos, donde cuanto más nos volcamos a vivir con el pasado menos proyectos a futuro tenemos y por ende, recortamos ese futuro.
-¿Porque vas dejando de hacer proyectos?
Y ahí surge la respuesta clásica. -Porqué no voy a tener tiempo de realizarlos.
El tema del huevo y la gallina... El círculo vicioso en el que muchos caen... Dialelo solo reservado a humanos.
No vas a tener tiempo de realizarlos simplemente porque dejaste de hacerlos.
Claro que esa pregunta nunca te la hiciste a los 20, ¿No? Ni a los 30 o 40 ¿Verdad? ¿Porqué si ahora a los 50 o 60?
¿Acaso pudiste cumplir todos tus proyectos de los 20?
Bueno... Quizás no puedas cumplir todos los de los 60. ¿Y qué? Eso no implica dejar de hacerlos.

Todos hemos leído la frase de "Vivir la vida como un león..." La metáfora implícita puede ser válida en muchos casos, pero yo creo que la idea esencial en ella excede en mucho el destacar, vivir valientemente o sin miedos. Quiero creer que se trata más de lo contemplativo, la capacidad de evaluar lo importante y a la vez valorar lo simple. De poder encaramarnos en la colina de nuestra vida y sentirnos siempre en la cúspide sin importar edades, mirar como ese león desde arriba el pasado y nunca rescindir su majestuosidad.

Las ilusiones siempre han sido parte importante en la vida de todos los seres humanos y aunque imposibles algunas no menos válidas. Fueron, son y serán el motor de la existencia. Lo que nos diferencia de animales inferiores.
Perderlas es lo que nos reduce a meros animales que solo sobreviven.
Ilusiones, proyectos, planes, ideas, aspiraciones o lo que sea que te movilice dan igual sin importar los años que lleves encima, y tampoco el tiempo necesario para alcanzarlas.
Realmente, nunca tuvo mayor importancia el destino que el viaje en si mismo.

1 comentario:

  1. Excelente!! Coincido con tus pensamientos (aunque cueste ejecutarlos)

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Papa yo, Papa vos... Pa ninguno e' los dos.

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