Días pasados recordé a los artístas de la fotografía en su día, y hoy no puedo ser menos con estos pichones de Torquemada y aún más temidos.
Pocas cosas espantan tanto como los dolores dentales y a pesar de ello, a pocas personas se les teme tanto como a los únicos capacitados para evitarlos o sanarlos, ¿Raro, no?
Ya sé que esto en muchos casos viene de años atrás en que los dentistas eran unos sacamuelas sádicos (alguna vez hasta vislumbré una sonrisa mientras Don Vittorio se ensañaba con su torno a pedal), y hoy a perdurado casi como una leyenda urbana. Eso sí, en gran parte es justificado porque desde el acceso de las féminas a la profesión, esto dió lugar a que pareciese que les hacen pagar a los hombres la supuesta sumisión de siglos y encima les cobran, y como...
Pero bueno... Basta de ironías y vaya mi saludo a los abnegados odontólogos (me niego al barbarismo de agregar "odontólogas") en su día y que lo disfruten todos "y todas" :)
Nota al pie: Levantada de copa especial para los y las ortodoncistas!
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